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RE-Ang-(1-9). Nueva esperanza contra la hipertensión
Un retroenantiómero del péptido angiotensina-(1-9) [Ang-(1-9)] ha sido desarrollado como una prometedora alternativa para el tratamiento de la hipertensión arterial y el daño cardiovascular asociado. Denominada RE-Ang-(1-9), esta nueva molécula es el resultado de un trabajo conjunto entre investigadores de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile. RE-Ang-(1-9) destaca por su mayor estabilidad en comparación con la molécula natural Ang-(1-9), lo que refuerza su potencial terapéutico como una opción más eficaz y segura frente a la hipertensión. Se prevé que su uso pueda disminuir las complicaciones cardiovasculares y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. No obstante, son necesarios estudios adicionales para confirmar su eficacia y seguridad en aplicaciones clínicas. |
Un equipo de científicos chilenos de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile, en colaboración con investigadores internacionales, ha desarrollado una nueva molécula para el tratamiento de la hipertensión arterial y la prevención de enfermedades cardiovasculares. La molécula, llamada retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)], es una versión modificada del péptido natural angiotensina-(1-9) [Ang-(1-9)], que se encuentra en el sistema renina-angiotensina (RAS). El RE-Ang-(1-9) ha demostrado ser más estable en el cuerpo humano y más eficaz para reducir la presión arterial, prevenir la hipertrofia cardíaca y regenerar el daño tisular causado por la hipertensión. Este descubrimiento, publicado en la revista Circulation, podría conducir a una nueva generación de fármacos antihipertensivos con menos efectos secundarios y mayor eficacia. Los investigadores ahora están trabajando para llevar el RE-Ang-(1-9) a ensayos clínicos en human.
Este importante hallazgo científico es el resultado de una colaboración multidisciplinaria que involucra a varios investigadores chilenos e internacionales.
- Dr. Marcelo Javier Kogan.
Investigador de la Universidad de Chile (UCH) y líder en el desarrollo del enfoque innovador del retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)]. - Dr. Sergio Lavandero González
También investigador de la UCH y parte del equipo que lidera el desarrollo delRE-Ang-(1-9). El Dr. Lavandero explica la importancia del sistema renina-angiotensina (RAS) en la regulación de la presión arterial y cómo su desregulación crónica puede causar hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. - Dra. Maria Paz Ocaranza Jeraldino
Investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). La Dra. Ocaranza resalta la importancia de laAng-(1-9) para prevenir la hipertrofia cardíaca y reducir la presión arterial. Además, destaca la mayor estabilidad del RE-Ang-(1-9) en comparación con la Ang-(1-9) natural. La Dra. Ocaranza también señala las limitaciones de los tratamientos actuales para la hipertensión, que solo logran reducir el daño cardiovascular asociado en un 50%. Enfatiza que el RE-Ang-(1-9) aparece como una solución prometedora con mayor estabilidad y eficacia que los tratamientos convencionales, lo que podría mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento al presentar menos efectos secundarios. - Además de estos protagonistas, el estudio contó con la participación de otros investigadores de Chile y el extranjero:
* Investigadores de las Facultades de Ciencias, Químicas y Farmacéuticas y de Medicina de la Universidad de Chile.
Investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad Andrés Bello.
* Científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Barcelona (España), Monash University (Australia), University of Texas Medica Branch (Galveston, USA) y de la University of Texas Medical Center (Dallas, USA).
Este nuevo tratamiento potencial para la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares es fruto de un esfuerzo conjunto de investigadores de diferentes instituciones y países. La colaboración y el trabajo a largo plazo han sido claves para el éxito de este descubrimiento.
Es importante destacar que la investigación se desarrolló en el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS) durante más de dos décadas.
El descubrimiento del retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)] como un potencial tratamiento para la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares se llevó a cabo principalmente en Chile. Específicamente, la investigación se desarrolló en el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS). Este centro de investigación colaborativo, compuesto por científicos de la Universidad de Chile (UCH) y la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), ha sido el escenario de más de dos décadas de trabajo conjunto que condujo a este importante hallazgo. Dentro de Chile, se destaca la participación de investigadores de las Facultades de Ciencias, Químicas y Farmacéuticas y de Medicina de la Universidad de Chile, así como de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad Andrés Bello. Si bien el corazón de la investigación se situó en Chile, la colaboración internacional jugó un papel crucial en el éxito del proyecto. Equipos de investigación del Instituto de Ciencia y Tecnología de Barcelona (España), Monash University (Australia), University of Texas Southwestern Medica Branch (Galveston, USA) y de la University of Texas Medical Center (Dallas, USA) también contribuyeron al desarrollo y validación del RE-Ang-(1-9). Su participación en el modelamiento molecular y estudios de resonancia de plasmón de superficie fue fundamental para corroborar la eficacia del nuevo compuesto. En resumen, el descubrimiento del RE-Ang-(1-9) es un testimonio del potencial de la investigación científica colaborativa, tanto a nivel nacional como internacional. La sinergia entre científicos chilenos y extranjeros, con el ACCDIS como epicentro de la investigación, ha dado lugar a un avance prometedor en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares.
La investigación científica que culminó con el desarrollo del retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)], un potencial tratamiento para la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, no fue un evento repentino, sino el fruto de un extenso trabajo colaborativo que se extendió por más de dos décadas. Este hallazgo científico, representa un avance significativo en la lucha contra la hipertensión arterial y sus complicaciones, como el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca. El desarrollo del RE-Ang-(1-9), una versión modificada del péptido natural angiotensina-(1-9) [Ang-(1-9)], se basó en la necesidad de superar la rápida degradación de laAng-(1-9) natural, lo que dificultaba su aplicación terapéutica. El equipo de investigación, conformado por científicos del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS), la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile, junto a colaboradores internacionales, logró este hito científico tras un arduo proceso de investigación y desarrollo. La publicación del estudio en 2024 marca un momento crucial en esta larga trayectoria de investigación, abriendo nuevas posibilidades para el tratamiento de la hipertensión y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
El desarrollo del retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)] tiene importantes implicaciones para el tratamiento de la hipertensión arterial y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Este nuevo compuesto, al ser más estable y eficaz que la Ang-(1-9) natural, podría revolucionar el manejo de la hipertensión, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. El Dr. Kogan, uno de los investigadores principales, señala que el RE-Ang-(1-9) no solo reduce la presión arterial de manera efectiva, sino que también posee la capacidad de regenerar los daños ocasionados por la hipertensión en los tejidos. Esta capacidad regenerativa, ausente en los tratamientos actuales, podría marcar un antes y un después en el abordaje de las enfermedades cardiovasculares. El impacto potencial del RE-Ang-(1-9) se extiende más allá del tratamiento individual, ya que podría reducir las complicaciones cardiovasculares a nivel poblacional, mejorando la calidad de vida de los pacientes y aliviando la carga sobre los sistemas de salud. A pesar de encontrarse en una fase inicial de desarrollo, el RE-Ang-(1-9) se perfila como una alternativa terapéutica prometedora que podría transformar el panorama de la salud cardiovascular en el futuro.
El propósito fundamental de la investigación sobre el retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)] es proporcionar una nueva y mejorada herramienta para combatir la hipertensión arterial y sus devastadoras consecuencias, las enfermedades cardiovasculares. Este hallazgo científico, centrado en el sistema renina-angiotensina (RAS), busca superar las limitaciones de los tratamientos actuales, como el enalapril y el candesartán, que, si bien buscan bloquear la acción de la angiotensina II, no logran una reducción completa del daño cardiovascular. El objetivo final es desarrollar un tratamiento más efectivo y seguro, capaz no solo de controlar la presión arterial, sino también de prevenir el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca y otros daños a largo plazo en el corazón y los vasos sanguíneos. El RE-Ang-(1-9), al mostrar una mayor estabilidad y eficacia que su contraparte natural, la Ang-(1-9), y al tener menos efectos secundarios, tiene el potencial de transformar el tratamiento de la hipertensión y mejorar significativamente la salud cardiovascular de la población.
Inicialmente, los científicos del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS) se centraron en el estudio del sistema renina-angiotensina (RAS), identificando el péptido natural Ang-(1-9) como un agente cardioprotector. Sin embargo, la rápida degradación de esta molécula en el organismo representaba un obstáculo para su aplicación terapéutica. Para superar esta limitación, los investigadores diseñaron una versión modificada del Ang-(1-9), el RE-Ang-(1-9), sustituyendo los aminoácidos de la serie L por su versión D, un proceso que aumenta su estabilidad en condiciones biológicas. "A diferencia del Ang-(1-9), el RE-Ang-(1-9) muestra una mayor estabilidad bajo condiciones biológicas", destaca la Dra. María Paz Ocaranza, investigadora de la PUC. La eficacia del RE-Ang-(1-9) se evaluó mediante modelamiento molecular, que permitió predecir su interacción con el receptor AT2R, crucial para su actividad terapéutica. Estas predicciones se confirmaron mediante estudios de resonancia de plasmón de superficie realizados en Chile y Estados Unidos. Los resultados experimentales demostraron que el RE-Ang-(1-9) mantiene las propiedades terapéuticas del Ang-(1-9) natural, actuando como un agente antihipertensivo y cardioprotector, pero con una mayor estabilidad y, por lo tanto, un mayor potencial terapéutico.
Los doctores Marcelo Kogan y Sergio Lavandero, líderes de la investigación sobre el retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)] en la Universidad de Chile, destacan el potencial de este hallazgo científico para revolucionar el tratamiento de la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. "El retroenantiómero Ang-(1-9) representa un avance importante en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, al ser más estable y seguro que su versión natural", afirma el doctor Kogan. Este nuevo tratamiento podría superar las limitaciones de las terapias actuales, que a menudo presentan efectos secundarios. La Dra. María Paz Ocaranza, investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, resalta la importancia de este descubrimiento para mejorar la salud de las personas. "A diferencia delAng-(1-9), el RE-Ang-(1-9) muestra una mayor estabilidad bajo condiciones biológicas", destaca la doctora Ocaranza. A pesar del gran avance que representa el RE-Ang-(1-9), los expertos coinciden en que aún se encuentra en una fase inicial de desarrollo.
Si bien el descubrimiento del retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)] abre nuevas posibilidades para el tratamiento de la hipertensión arterial y la prevención de enfermedades cardiovasculares, la investigación se encuentra aún en una fase preliminar. El Dr. Kogan, uno de los investigadores principales, enfatiza la necesidad de continuar con los estudios preclínicos. "Para su posible aplicación clínica, primero se requerirá realizar diversos estudios en animales mayores y evaluar efectividad y toxicidad", explica el Dr. Kogan. Estos estudios permitirán determinar la dosis óptima del RE-Ang-(1-9), evaluar su seguridad a largo plazo y confirmar su eficacia en modelos animales más complejos. Una vez superada esta etapa, se podrá avanzar hacia la fase clínica en humanos, donde se realizarán ensayos controlados para determinar la eficacia y seguridad del RE-Ang-(1-9) en pacientes con hipertensión arterial. La obtención del financiamiento necesario para llevar a cabo estas investigaciones será crucial para que este tratamiento cardiovascular innovador pueda llegar a beneficiar a los pacientes en el futuro.
Este artículo de investigación científica, publicado en la prestigiosa revista Circulation de la American Heart Association, describe un avance prometedor en la lucha contra la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. Investigadores chilenos, en colaboración con equipos internacionales, han desarrollado el retroenantiómero Ang-(1-9) [RE-Ang-(1-9)], una molécula que ofrece una alternativa más estable y eficaz a la Ang-(1-9) natural, un péptido terapéutico con propiedades cardioprotectoras, pero limitado por su rápida degradación en el organismo. El estudio ha demostrado, mediante modelamiento molecular y estudios de resonancia de plasmón de superficie, que el RE-Ang-(1-9) interactúa eficazmente con el receptor AT2R, clave para su acción terapéutica. Aunque la investigación aún se encuentra en una fase inicial, los resultados obtenidos hasta ahora son alentadores y sugieren que el RE-Ang-(1-9) podría convertirse en un tratamiento cardiovascular innovador, capaz no solo de reducir la presión arterial, sino también de prevenir el daño cardiovascular a largo plazo, incluyendo el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca. Se requieren más estudios en animales mayores para evaluar la seguridad y eficacia del RE-Ang-(1-9) antes de que pueda ser probado en humanos. La comunidad científica mira con optimismo el futuro de esta investigación, que podría transformar el abordaje de la hipertensión arterial y mejorar la salud cardiovascular de la población. El presente trabajo es un reflejo de la alta importancia que tiene la colaboración internacional y la búsqueda constante de soluciones para los grandes desafíos de salud pública.
EQUIPO DE INVESTIGADORES
AUTORES | INSTITUCION |
Dr. Yvo Flores |
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BSc. Gerald Zapata-Torres |
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BSc. Douglas J. Matthies | Facultad Ciencias Químicas y Farmacéuticas. Universidad de Chile |
MD. Larissa Alemán |
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Dr. Carolina Hernández-Fuentes |
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Dra. Gina Sánchez | Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM), Facultad Medicina, Universidad de Chile |
Dra. Eyleen Araya | Departamento de Ciencias Químicas, Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Andres Bello |
Dra. Fanny Guzman | Núcleo de Biotecnología de Curauma (NBC), Pontificia Universidad Católica de Valparaíso |
Dra. Zully Pedrozo |
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Dr. Salvador Guardiola |
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Dra. Mónica Varese |
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Dr. Ernest Giralt |
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Dr. Ivan Maslov |
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Dr. Mark Del Borgo |
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Dr. Robert E. Widdop |
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Dra. Silvana Valdebenito | Australia. Department of Neurobiology, University of Texas Medical Branch (UTMB) |
Dr. Eliseo A. Eugenin | Australia. Department of Neurobiology, University of Texas Medical Branch (UTMB) |
Dr. Mario Chiong |
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Dr. Joseph A. Hill |
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Dra. María Paz Ocaranza |
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Dr. Marcelo J. Kogan |
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Dr. Sergio Lavandero González |
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