Tuesday, March 07, 2023 Arturo Rubio Torres

Paola Duran Cuevas

En la Universidad de La Frontera, el Laboratorio de Investigación en Biocontrol liderado por la Dra. Paola Andrea Durán Cuevas y su equipo, se dedica a estudiar los hongos y bacterias presentes en suelos antárticos y otros ambientes extremos con el fin de explorar sus posibles aplicaciones en el campo de la agricultura. Actualmente, han iniciado el proceso de solicitud de tres patentes para el uso de estas especies en la producción de trigo, avellano europeo y uva.


En la hostil Antártida, es un reto para las plantas sobrevivir, y solo algunas logran hacerlo. Debido a su singularidad, los especialistas en botánica han llevado a cabo exhaustivas investigaciones sobre dos de las principales especies que prosperan allí: la Deschampsia antarctica, una hierba, y la Colobanthus quitensis, una pequeña planta con diminutas flores amarillas. Estas plantas han generado un gran interés entre científicos de todo el mundo debido a su particular metabolismo, el cual les permite realizar la fotosíntesis incluso en temperaturas bajo cero y en condiciones de nieve, lo que les permite crecer.

No obstante, la científica chilena Dra. Durán Cuevas ha adoptado un enfoque diferente al estudiar la flora antártica. En lugar de investigar las plantas en sí mismas, su investigación se centra en los microorganismos que viven debajo de ellas y que, según ella, son cruciales para la supervivencia de las plantas. En su papel de investigadora responsable del área de biocontrol en la Universidad de la Frontera (UFRO) en Temuco, Durán Suazo comenzó un proyecto en 2017 para analizar los microorganismos que habitan en la Antártida y explorar posibles aplicaciones en la protección de cultivos a gran escala, como el trigo, el avellano europeo y la uva.

Durán Cuevas, quien obtuvo su doctorado en biología vegetal en la Universidad de Barcelona, explica: "En la rizósfera, la parte del suelo que está adherida a las plantas, hay muchos microorganismos de interés agrícola que están dándole valor para que las plantas puedan sobrevivir en estos ambientes tan inhóspitos."

La investigación basada en microorganismos antárticos ha llevado a la creación de un completo cepario y ha generado soluciones concretas para la agricultura. Un ejemplo es el consorcio de microorganismos antárticos que se pueden utilizar para prevenir la botritis en cámaras frigoríficas. Hasta ahora, las exportaciones de frutas, como las uvas, han utilizado anhídrido sulfuroso para evitar la descomposición y el oscurecimiento causados por este hongo durante su transporte a destinos distantes de consumo, como Asia y Europa, al respecto la ingeniera agrónoma y académica de la UFRO menciona: "Los microorganismos de la Antártica pueden sobrevivir sin problemas a las bajas temperaturas que existen en las cámaras de frío", y a su vez declara que "Estamos desarrollando productos para que puedan ser aplicados en estos ambientes."

 

EQUIPO DE INVESTIGADORES

 

AUTORES INSTITUCION
Paola Andrea Durán Cuevas Universidad de la Frontera


El equipo presentó su primera solicitud de patente para un consorcio de bacterias antárticas que pueden combatir la enfermedad del 'mal del pie'. Esta enfermedad es causada por el hongo Gaeumannomyces graminis y es el principal problema biótico que afecta al cultivo de trigo.

La Dra. Durán comenta "O publicas o patentas, porque tiene que haber un secreto para poder patentar. Además, hay una etapa que puede ser de dos años, en la que no puedes publicar ni presentar en congresos hasta que la investigación se presente oficialmente".


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