Monday, October 14, 2024 Arturo Rubio-Torres

Dra. Constanza Gabriela Napolitano Valenzuela

En un reciente estudio publicado en la revista científica Frontiers in Genetics, se analizaron las principales barreras que impiden la integración de la genética en las prácticas de conservación en Latinoamérica. A través de una encuesta aplicada a 468 gestores de la conservación de 21 países de la región, se determinó que el acceso limitado a financiamiento e instalaciones de laboratorio, así como la falta de personal capacitado, son los principales obstáculos para la implementación de estudios genéticos en la gestión de la biodiversidad. Sin embargo, también se evidenció que la mayoría de los gestores (65%) ha realizado o utilizado evaluaciones genéticas en sus áreas o especies de estudio y que los resultados genéticos fueron considerados relevantes para la toma de decisiones. El estudio, liderado por la Dra. Constanza Gabriela Napolitano Valenzuela de la Universidad de Los Lagos, propone soluciones para la brecha genética de la conservación, incluyendo el desarrollo de programas de capacitación, el fortalecimiento de la colaboración entre genetistas y gestores, y la creación de una plataforma digital para facilitar la interacción entre ambos grupos.


Un equipo de 32 investigadores de 20 países latinoamericanos llevó a cabo un estudio para comprender la aplicación de la genética de la conservación en la región. Se encuestó a 468 gestores de la conservación, quienes trabajan en la protección de especies o áreas, para identificar los desafíos y oportunidades que enfrentan al usar la genética en sus labores. La investigación científica, buscó determinar cómo la información genética se está utilizando para la toma de decisiones en la gestión de la biodiversidad en Latinoamérica.

El estudio, fue liderado por la Dra. Constanza Napolitano Valenzuela, investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académica del Departamento de Ciencias Biológicas y Biodiversidad de la Universidad de Los Lagos, Chile. La Dra. Napolitano coordinó un equipo de 32 coautores provenientes de 20 países de Latinoamérica, incluyendo investigadores, científicos y académicos universitarios con amplia experiencia en genética de la conservación. Este equipo buscó comprender cómo la información genética se está incorporando en las políticas de conservación y prácticas de conservación en la región, a través de la colaboración entre genetistas y gestores de la conservación.

El estudio, que analizó la integración de la genética de la conservación en las estrategias de gestión de la biodiversidad, se enfocó específicamente en América Latina. Esta región, que alberga el 60% de la biodiversidad a nivel mundial, enfrenta grandes desafíos para la conservación de sus ecosistemas y especies. La investigación científica, buscó comprender las barreras y oportunidades para la aplicación de la genética en la gestión de la conservación en los 21 países de Latinoamérica que participaron en el estudio. Los resultados de este estudio son de gran relevancia para la región, ya que buscan promover la conservación de la diversidad genética en un territorio con una riqueza biológica invaluable.

El estudio científico, que analizó las barreras y oportunidades para integrar la genética en las prácticas de conservación en América Latina, se desarrolló en dos etapas. La recolección de datos mediante encuestas a gestores de la conservación se realizó entre el 15 de agosto y el 16 de noviembre de 2021, abarcando proyectos de conservación realizados en los últimos 5 años (2017-2021). Posteriormente, el artículo científico que presenta los resultados del estudio fue recibido por la revista Frontiers in Genetics el 29 de abril de 2024, aceptado el 4 de junio de 2024 y finalmente publicado el 8 de julio de 2024. Este trabajo de investigación, que ofrece una valiosa información sobre la biodiversidad y su gestión en Latinoamérica, se convierte en un referente actual para la comunidad científica y los tomadores de decisiones en la región.

Comprender y abordar la brecha en la integración de la genética de la conservación tiene profundas implicaciones para la biodiversidad de América Latina. La incorporación efectiva de la genética en las prácticas de conservación y en la toma de decisiones permitirá una gestión más eficiente y focalizada de las especies y ecosistemas amenazados. Esto cobra especial relevancia en una región como Latinoamérica, que alberga una alta proporción de la biodiversidad global y enfrenta crecientes presiones por la pérdida de hábitat y el cambio climático. Al comprender los obstáculos que enfrentan los gestores de la conservación, se pueden diseñar estrategias para superarlos, incluyendo el desarrollo de programas de capacitación específicos, la creación de plataformas digitales que faciliten la colaboración entre genetistas y gestores, y el aumento del financiamiento para la investigación en genética de la conservación. Cerrar esta brecha es crucial para asegurar la supervivencia a largo plazo de la invaluable riqueza biológica de la región.

El propósito final de la esta exploración científica es tender puentes entre la investigación genética y la gestión para la conservación, con el objetivo de integrar efectivamente los datos genéticos en las estrategias y políticas de conservación en Latinoamérica. Se busca que la información genética, como el análisis de la diversidad genética para evaluar el impacto de la pérdida de hábitat, sea utilizada para informar las decisiones de manejo y fortalecer las acciones de conservación en la región. A largo plazo, se espera que este estudio contribuya a la conservación de la biodiversidad en América Latina, un territorio con una riqueza biológica única a nivel mundial.

Para comprender la brecha en la integración de la genética de la conservación en América Latina, se aplicó una metodología basada en encuestas. Se diseñó un cuestionario adaptado del estudio de Taft et al. (2020), incluyendo preguntas específicas sobre la realidad de la región. La encuesta, traducida a español, portugués, inglés y holandés, se distribuyó entre gestores de la conservación de 20 países de América Latina a través de puntos focales y listas de correo de organizaciones colaboradoras. Los puntos focales, 32 expertos en conservación de cada país, se encargaron de identificar y contactar a los gestores, asegurando una representación geográfica diversa. El cuestionario abordó temas como la experiencia de los gestores con estudios genéticos, las barreras que enfrentan para aplicar la genética en la conservación, la colaboración con genetistas y la disponibilidad de resultados. Los datos recopilados se analizaron mediante estadística descriptiva para obtener un panorama general de la situación. Este enfoque metodológico permitió obtener información valiosa directamente de los profesionales que trabajan en la gestión de la biodiversidad, identificando las necesidades y los desafíos para una mejor integración de la genética en la conservación.

Diversas autoridades en el campo de la conservación de la biodiversidad en Chile han reconocido la importancia del estudio liderado por la Dra. Constanza Napolitano, de la Universidad de Los Lagos. La Dra. Maite Castro Gallastegui, Seremi de Ciencia de la Macrozona Sur, destaca el valor de la colaboración internacional en este proyecto y subraya que " la brecha existente entre la investigación académica y los tomadores de decisiones en la gestión de la biodiversidad es un reto que debemos superar". Patricia Miranda, jefa del Departamento de Vida Silvestre del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), enfatiza la necesidad de la información científica para la toma de decisiones en la protección de la fauna nativa. Diego Ramírez, coordinador regional de la Unidad de Vida Silvestre del SAG O’Higgins, destaca la utilidad de los estudios genéticos para comprender la distribución y adaptación de la fauna, y aboga por el uso de técnicas no invasivas. Mariano de la Maza, jefe del Departamento de Conservación de la Diversidad Biológica de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), señala la importancia de la investigación genética pero advierte sobre la necesidad de priorizar los recursos y asegurar que los resultados se apliquen de manera efectiva. Finalmente, Charif Tala, jefe del Departamento de Conservación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente, celebra la inclusión de la diversidad genética en la Ley 21.600 y resalta la necesidad de implementar adecuadamente esta nueva normativa.

Tras la publicación de este importante estudio científico, se abren diversas vías para avanzar en la integración de la genética de la conservación en América Latina. Es crucial fomentar la creación de programas de capacitación para gestores y tomadores de decisiones, utilizando un lenguaje claro y accesible que facilite la comprensión e interpretación de los datos genéticos. El desarrollo de una plataforma digital, como se sugiere en el estudio, facilitaría la colaboración entre genetistas y gestores de la conservación, promoviendo el intercambio de conocimientos y la creación de redes de trabajo. Los autores indican que: "Implementar una plataforma digital abierta para reunir a genetistas y gestores de Latinoamérica interesados en la colaboración: registrar, encontrar colegas en la región, comunicar e interactuar, unirse a un sistema de red de mentores donde los profesionales que ya han utilizado la genética podrían guiar, apoyar y compartir conocimientos con sus colegas que no lo han hecho, y acceder a material de aprendizaje sobre herramientas genéticas para la conservación." Finalmente, se requiere un mayor esfuerzo para asegurar el financiamiento necesario para la investigación genética aplicada a la conservación, tanto a nivel nacional como internacional. La implementación de estas acciones permitirá traducir la información genética en acciones concretas para la protección de la invaluable biodiversidad de la región.

Esta investigación académica, que aborda la brecha existente en la integración de la genética de la conservación en Latinoamérica, revela que si bien la mayoría de los gestores de la conservación reconocen la importancia de la genética e incluso han implementado o utilizado estudios genéticos, aún existen barreras importantes que limitan su aplicación. La falta de financiamiento, acceso a laboratorios e incluso la dificultad para interpretar los resultados técnicos son obstáculos que deben ser abordados. El estudio subraya la necesidad de fortalecer la colaboración entre investigadores y gestores, a través de programas de capacitación, plataformas digitales y un mayor apoyo financiero a la investigación. Como lo destaca Charif Tala, jefe del Departamento de Conservación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente de Chile, la inclusión de la diversidad genética en la reciente Ley 21.600 es un avance importante, "Comparto la importancia de acortar la brecha entre investigadores y gestores, ello resulta relevante para la conservación de la variabilidad genética. Tradicionalmente la conservación en Chile la hemos llevado desde especies y ecosistema, sin que el marco regulatorio recoja de manera adecuada la variabilidad o diversidad genética, tan necesaria para asegurar viabilidad de las poblaciones. Desde lo normativo, es importante destacar que la Ley 21.600, publicada en septiembre de 2023, y que crea al Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, considera la preservación, restauración y usos sustentable de genes, y no sólo de especies y ecosistemas, lo que es una oportunidad en esta materia y a la vez un enorme desafío sobre la forma en que será implementada esta facultad." El futuro de la conservación de la biodiversidad en América Latina depende de nuestra capacidad para traducir el conocimiento genético en acciones concretas.

 

 

EQUIPO DE INVESTIGADORES

 

 

AUTORES INSTITUCION
Constanza Napolitano Valenzuela
  1. Universidad de Los Lagos
  2. Institute of Ecology and Biodiversity
  3. Cape Horn International Center
Cristhian Clavijo Vida Silvestre Uruguay
Viviana Rojas-Bonzi
  1. Instituto de Investigación Biológica del Paraguay
  2. University of Florida
Carolina I. Miño Universidad Nacional de Misiones (UNaM)
Jose F. Gonzalez-Maya Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Lerma
Nadia Bou University of Florida
Alan Giraldo Universidad del Valle
Angela Martino Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda
Cristina Yumi Miyaki Universidade de São Paulo
Luis F. Aguirre Universidad Mayor de San Simón
Andrea Cosacov Universidad Nacional de Córdoba
Yoamel Milian-Garcia University of Guelph
Laura Prosdocimi Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN-CONICET)
O. Eric Ramírez-Bravo Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Luis Antonio Tovar Universidad Nacional Agraria La Molina
Ximena Velez-Zuazo
  1. Smithsonian National Zoological Park
  2. Conservation Biology Institute
Mercedes Barrios Universidad de San Carlos de Guatemala
Bernal Herrera-Fernández Universidad Nacional, Heredia
María G. Montiel-Villalobos Red Latinoamericana de Genética para la Conservación (ReGeneC
María A. Oliveira-Miranda Red Latinoamericana de Genética para la Conservación (ReGeneC)
Monique Pool Green Heritage Fund Suriname
Alonso Santos-Murgas Universidad de Panamá
Maria Claudia Segovia-Salcedo Universidad de las Fuerzas Armadas -ESPE
Felipe Cecchi Universidad de Los Lagos
Armando J. Dans Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense
Nelanie Dilchand Aquatic and Terrestrial Pioneers Consulting Services
Sergio Maia Queiroz Lima Universidade Federal do Rio Grande do Norte
María Caridad Novas Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael María Moscoso
Karla Pelz-Serrano Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Lerma
Nina Pougy Museu do Amanhã, Instituto de Desenvolvimento e Gestão
Iris Rodríguez Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Liesbeth van der Meer Oceana Chile
Galo Zapata-Ríos Wildlife Conservation Society - Ecuador Program

 

 

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