Friday, October 07, 2022 Arturo Rubio Torres

Ricardo Álvarez Abel

Estudio realizado, por un equipo de investigadores de varias instituciones de investigación, en Punta Pelluco, a cinco kilómetros de Puerto Montt, dio a conocer decenas de huellas de caminata de guanacos y gonfoterios, parientes de elefantes sudamericanos, que fueron registradas en barro fosilizado, lo que indica la presencia de este tipo de fauna extinta mucho antes de lo registrado en Chile hasta ahora.


Las huellas de la megafauna se descubrieron en 2015 gracias a la paciente observación de uno de los autores, Ricardo Alvarez Abel, quien le recordó al Dr. Karen Moreno, autora del estudio y experta en huellas de vertebrados. Juntos, se propusieron encontrar más evidencia a través de cursos prácticos de la Maestría en Paleontología de la UACh. Estos son los registros más antiguos de Lamini y Proboscidea en Chile, con una antigüedad de 52.300 a 44.300 años.

"Esta y otras investigaciones anteriores evidencian la orilla fangosa de un lago que era alimentado por grandes glaciares, donde caminaba esta antigua megafauna", comenta el profesor Alvarez Abel, luego agrega que: "Las huellas se encuentran en un área paleontológica que además contiene los restos de un antiguo bosque de alerces fósil. Toda el área es parte de un santuario de la naturaleza, que, lamentablemente, es desconocido para los habitantes de Puerto Montt". Tambien recalca que la zona es "de alto uso humano y algunas de las prácticas son un riesgo para la conservación de este sitio paleontológico, sobre todo el paso de vehículos en el intermareal".
El bosque fósil de Punta Pelluco en la provincia de Llanquihue, Región de Los Lagos, en el sur de Chile, se discutió por primera vez en el informe de Klon de 1976 sobre árboles in situ de Fitzroya cupressoides. Los árboles fueron descubiertos en la zona intermareal del Seno de Reloncaví en la playa de Pelluhuin, 5 km al este de la ciudad de Puerto Montt, durante el terremoto más grande registrado en el mundo en 1960.

 

EQUIPO DE INVESTIGADORES

 

AUTORES INSTITUCION
J. Campos–Medina
  1. Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), Coquimbo, Chile
  2. Therium SPA, Paleontología y Patrimonio, Curicó, Chile
K. Moreno Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias de la Tierra, Isla Teja, Edificio Pugin, Chile
J. Rojas Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias de la Tierra, Isla Teja, Edificio Pugin, Chile
G. Gómez Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias de la Tierra, Isla Teja, Edificio Pugin, Chile
Juan Luis García Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Geografía, Santiago, Chile
K.E. Buldrini Área de Paleontología, Museo Nacional de Historia Natural, Santiago, Chile, Interior Parque Quinta Normal s/n., Santiago, Chile
C. Lüthgens University of Natural Resources and Life Sciences, Department of Civil Engineering and Natural Hazards, Institute of Applied Geology. Vienna, Austria
E. Rodríguez Therium SPA, Paleontología y Patrimonio, Curicó, Chile
Ricardo Álvarez Abel
  1. Universidad Austral de Chile, Balneario Pelluco, Los Pinos s/n, Puerto Montt, Chile
  2. Millennium Nucleus Ocean, Heritage and Culture, Chile
A.M. Abarzúa Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias de la Tierra, Isla Teja, Edificio Pugin, Chile


El Mg. Jorge Campos-Medina establece que: “Considerando los fechados realizados y acotando la edad del depósito de sedimento donde quedaron estas huellas marcadas, corresponden al último periodo del pleistoceno, en palabras simples, al último momento de la llamada era del hielo, momento donde los glaciares empiezan a retroceder desde el oeste al este, dejando valles donde los animales podían transitar”.

Por otra parte el Dr. Juan Luis García, Instituto de Geografía UC, destaca que como producto de la presente investigación "la historia de la última edad de hielo entre 80.000 y 11.500 años atrás se hace aún más rica y extraordinaria. Quedan atrás los tiempos donde se entendía una glaciación como un período uniformemente frío y húmedo, con hielos impertérritos; hoy entendemos que la variabilidad del clima, de los paisajes y su biodiversidad es una característica de la glaciación del sur de Chile".

Campos-Medina agrega que "...esta investigación, que se enfoca 100% desde la paleontología y el registro de la fauna durante el pleistoceno, lo cual permite e invita a nuevos investigadores a plantearse preguntas respecto a las interacciones ecológicas entre diversos grupos de animales en un tiempo cambiante, considerando que algunos siguen hasta el día de hoy y otros se extinguieron”.

 


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